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LOS AUTOS DE JAMES BOND: Lotus Esprit

Uno de los aspectos más emblemáticos de cualquier película de James Bond son los diversos autos que llegan a la pantalla grande para acompañar al super espía. En víspera del estreno de No Time To Die, la vigésimo quinta aventura del 007, dedicaremos un espacio para recordar los mejores autos que han hecho acto de presencia en la legendaria saga creada por Ian Flemming. En esta ocasión nos toca hablar del Lotus Esprit, quizá el único auto que puede competir con los clásicos Aston Martin por el título del más icónico en la saga de James Bond. 

Dentro de la mitología de James Bond, el Lotus Esprit representó en su momento el epítome de lo que las exagerades gadgets del superespía podían lograr; el Lotus no sólo podía convertirse en un submarino con tan solo pulsar un botón, sino que también tenía incorporados misiles, minas, torpedos y un periscopio que le permitía a Roger Moore navegar las profundidades del océano en The Spy Who Loved Me. Definitivamente era algo casi caricaturesco, considerando también el diseño angular del auto, pero a su manera se trataba también de algo sumamente encantador que produjo algunas secuencias absolutamente emocionantes. 

En el mundo real, sin embargo, el Lotus Esprit encontraba otras formas de ser sorprendente. Su motor colocado en medio del chasis producía 160 caballos de fuerza, una cantidad modesta incluso para la época. No obstante, el ligero cuerpo del Esprit hacía que esos 160 caballos se sintieran como 320, creando una velocidad alucinante que sólo se veía enaltecida por su diseño aerodinámico. Alegadamente, el Esprit era tan atlético como resultado que a la hora de rodar el filme era sumamente difícil hacer que las vueltas que el auto tomara lucieran dramáticas; el Lotus simplemente podía derraparse, acelerar y frenar con tanto poder y elegancia que parecía que cualquiera era capaz de ejecutar tales acrobacias. 

Es cierto que el Lotus es en muchos sentidos la oveja negro de los autos que han acompañado a James Bond en pantalla, careciendo de esa sofistificación que usualmente asociamos con los vehículos del superespía, pero es precisamente esto lo que lo volvió un elemento tan memorable en la gran pantalla. Para una generación entera, ESTE es el auto definitivo del 007.

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