Aunque muchos dudaban de su rentabilidad, Xbox Game Pass ha demostrado ser una pieza clave en el resurgimiento financiero de Xbox. Según el más reciente informe de resultados de Microsoft, el servicio de suscripción ha superado por primera vez los 5 mil millones de dólares en ingresos anuales, creciendo a doble dígito año tras año, muy por encima de las expectativas internas.
El informe también indica que los ingresos por contenido y servicios de Xbox crecieron un 13% interanual, con Game Pass señalado como el motor principal de ese crecimiento. Mientras tanto, las ventas de hardware cayeron un 22%, un descenso que se compensa parcialmente gracias al acceso de Game Pass en PC, ampliando su base de usuarios más allá de las consolas.

Game Pass no solo ofrece acceso inmediato a lanzamientos recientes como Call of Duty: Black Ops 6 o DOOM: The Dark Ages, sino que también permite redescubrir clásicos como Fallout: New Vegas, Skyrim, Mass Effect 2 y Fable II. Esta biblioteca, accesible por una suscripción mensual de $10 a $20 dólares, se ha convertido en una opción económica y versátil frente al elevado precio de los juegos actuales.
Además, Game Pass fortalece el ecosistema Xbox al permitir experimentar sagas completas como Fallout, Halo, Dead Space o The Elder Scrolls, haciendo que la propuesta sea especialmente atractiva frente a otras plataformas. Contra todo pronóstico, Game Pass no solo es rentable: está salvando a Xbox.
