En un anuncio que sacude a la industria tecnológica, Intel y Nvidia confirmaron una alianza estratégica para desarrollar chips que combinen CPUs x86 con GPUs RTX, tanto para PCs de consumo como para servidores de inteligencia artificial. Además, Nvidia invertirá 5 mil millones de dólares en acciones de Intel, lo que refuerza la magnitud del acuerdo.
La colaboración permitirá que Intel fabrique SoCs x86 con chiplets de Nvidia RTX, una propuesta que apunta directamente al mercado de laptops y PCs que buscan mayor rendimiento gráfico integrado. Para Nvidia, la jugada asegura presencia más allá del sector de GPUs dedicadas, mientras que para Intel significa una inyección de capital y clientes en un momento en el que su división gráfica Arc no ha logrado despegar.
El acuerdo también tiene un fuerte componente empresarial: Nvidia integrará CPUs personalizadas de Intel en su infraestructura de plataformas de IA, consolidando su posición en un mercado que continúa creciendo, pero que podría necesitar diversificación en caso de que la demanda de GPUs para inteligencia artificial se reduzca.
Más allá de lo técnico, la alianza responde a un contexto estratégico: evitar que AMD monopolice el mercado de x86 y las consolas de videojuegos, mientras que dos gigantes estadounidenses unen fuerzas en un movimiento que podría ser visto con buenos ojos por la administración de la Casa Blanca.
