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HABLEMOS DE AUTOS: Jeep Grand Wagoneer (SJ)

Hablemos del Jeep Grand Wagoneer. No de la reciente reinterpretación a cargo de Fiat y Chrysler, sino de la iteración que llegó a las carreteras en la época en la que Jeep era una marca de la ahora extinta American Motors Company. Puesto de una manera sencilla, esta era una camioneta para la clase alta. Todavía lo es. 

Por “clase alta” no me refiero a los ejecutivos que tienen su oficina en el noveno piso de uno de los edificios de la zona más prestigiosa de la ciudad, gozan de un “sueldito” de $200,000 pesos y pasan sus fines de semana en el club campestre. No. Estoy hablando de esos individuos que son más bien dueños del edificio, que no tienen idea de cuánto ganan al mes porque genuinamente no tienen tiempo de contar tanto dinero y que rara vez se paran en el club campestre porque tienen todas las amenidades que ahí pueden encontrarse (y más) en su propia casa. Ese es el tipo de audiencia que entre sus más de 10 autos tiene un lugar para un Jeep Grand Wagoneer.

Sólo los verdaderos conocedores saben esto. Para un ojo inexperto, un Jeep Grand Wagoneer podría parecer una camioneta vieja más del montón como lo pueden ser sus contemporáneas Chevrolet Blazer y Ford Bronco, pero la verdad es que pertenece a la misma especie en la que encontramos coupés clásicos de europa con el emblema de Jaguar, Mercedes o Rolls-Royce al final del capó; vehículos de una elegancia atemporal que encarnan un estilo de vida que sólo unos cuantos privilegiados todavía pueden disfrutar. 

En su época inicial, era común que un Jeep Grand Wagoneer compartiera cochera con Porsches, Ferraris, Maseratis y BMWs, pues era el vehículo familiar y práctico que complementaba a los autos más deportivos y pequeños de la clase acaudalada; algo no muy diferente a como una G-Wagon de Mercedes o una Range Rover acompañan a los Bentleys, Aston Martins, McLarens y Teslas de los nuevos ricos. Lo que hace especial al Jeep Grand Wagoneer es que en pleno 2021 aún encuentra un espacio entre estos titanes del lujo y opulencia.

Todo esto emana de que el Jeep Grand Wagoneer era una excelente opción para ser el auto que se quedaba estacionado en la casa de veraneo de la familia privilegiada promedio. Era el vehículo que movía al Señor y Señora Cohen junto con sus herederos de un Punto A a un Punto B mientras visitaban su casa de los Hamptons cuando querían escapar del ruido de Manhattan. Sucedió que con el pasar de los años los asientos del Jeep Grand Wagoneer no dejaron de sentirse cómodos, y sus proporciones clásicas hicieron que nunca se viera fuera de lugar frente a vehículos más nuevos, caros y ostentosos, lo que llevo a que la Familia Cohen nunca retirará de su servicio a la camioneta y que todavía podamos encontrarla transportando a una nueva generación de pequeños privilegiados. 

Es por esto que hoy se aprecia al Jeep Grand Wagoneer como un vehículo sinónimo de prestigio y riqueza; no tanto por su comodidad y lujo propios, sino por ser conducido casi exclusivamente por las personas más acomodadas de nuestro Planeta Azul. De la misma forma que asociamos un reloj Jaeger Le-Coultre con el 1%, equiparamos la silueta de este todoterreno con las carteras más gordas, o en su defecto, con las tarjetas de líneas de crédito amplias. 

Sin embargo, aunque su relativamente asequible precio de $250,000 siginifica que no se necesita ser heredero de una gran fortuna para poder tener un Jeep Grand Wagoneer estacionado frente a tu casa, sólo un selecto grupo de personas pueden costear los gastos que la propiedad de uno trae a la mesa. Cuesta aproximadamente unos $1600 pesos llenar el tanque, pero el poco eficiente motor de la camioneta combinado con el tráfico moderno hacen que esto sea una tarea casi diaria. Estamos hablando entonces de alrededor de $10,000 pesos semanales sólo para poder usar el Jeep Grand Wagoneer en viajes cortos y mundanos, pero sabemos que esta no es la función de la camioneta; el Jeep Grand Wagoneer servirá como vehículo de escape de la ciudad, lo que fácilmente triplicaría el costo semanal de su combustible, oscilando en la parte ancha de $30,000 pesos, promediando un costo mensual de combustible de $80,000 pesos…y eso es antes de ponernos a sumar los costos de seguro, mantenimiento, cambios de aceite y refacciones. 

En un año, los gastos generados por tener un Jeep Grand Wagoneer superan al valor del vehículo casi 5 veces y quizá esa es otra razón por la cuál este es un vehículo que resuena tanto con el 1%: así como ellos, testarudamente se aferra a vivir de una manera que ya no es sustentable en un mundo moderno que repudia el exceso, y disfruta cada segundo de todavía poder gozar del privilegio de no adecuarse a los tiempos.

 

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