El gobierno de Corea del Sur anunció una inversión inicial de 14 millones de dólares en 2025 para impulsar su industria de animación, con el objetivo de alcanzar los 100 millones en 2029. La iniciativa busca posicionar al país como competidor directo del anime japonés, expandiendo su presencia global a través del llamado K-Content.
El plan contempla el uso de inteligencia artificial para desarrollar spin-offs, optimizar procesos de producción y combatir la piratería. Además, se fomentará la creación de contenido original para jóvenes adultos, alejándose del enfoque infantil tradicional, y se priorizarán plataformas de streaming y formatos de video corto.
Corea del Sur también ofrecerá incentivos a coproducciones extranjeras y promoverá alianzas estratégicas, como la ya existente entre Red Dog Culture House y el reconocido Studio Pierrot. Empresas como Netmarble también están participando activamente en el desarrollo de animes populares como Solo Leveling.
Aunque Japón domina el mercado del anime con décadas de experiencia e influencia cultural, Corea del Sur apuesta por la innovación tecnológica y la diversificación de audiencias para ganar terreno entre las nuevas generaciones de consumidores globales.