Editorial

Hablar de videojuegos sin estar jugando: Crónica de un colaborador de The Epic Network

El videojuego siempre ha estado en mi vida. Nací con ellos y seguramente me moriré jugándolos, viéndolos y platicándolos. Evidentemente viendo mi interés, y que eso de decir lo que opino no es un problema, evidentemente quien les escribe, desde hace mucho tiempo tuvo la necesidad de buscar un espacio para hablar de videojuegos y donde se me escuchase. Fue así que empecé a jugarle al Youtuber con contenido hecho con nada y diciendo lo que fuese sobre aquellos juegos que me gustaban y demás temas que me inquietaban de de industria geek y videojueguil. 

El camino del independiente en esto de hablar de videojuegos ahora, más que nunca, está respaldado por un público activo en redes que respeta las opiniones sensatas y bien pensadas, así como el salseo, claro, sin embargo en esa época, a pesar de mi leve pero creciente huella en internet, yo sentía que tenía que dignificar mi dicho con un medio que me respaldase, que me diera un poco de autoridad moral para hablar de la industria más allá de lo que un youtuber de 3 pesos podía conseguir en Youtube, y claro, unos pases de prensa para algún día ir al bendito E3. 

Mi estrategia era simple, seguir creciendo en internet para que algún día, con el poder mediático suficiente, tocar las puertas de algún medio para que me acoplaran en su filas, todo esto en un lapso suficiente y hasta un tanto lejano. Sin embargo, la cosa se tornó positiva muy rápido cuando mi padre me compartió que había visto un programa de videojuegos en la televisión local, que debería de verlo. Lo que él no sabía es que con ese comentario estaba abriendo un mundo de posibilidades en mi mente, obviamente todas fuera de contexto, sin saber a lo que me iba a enfrentar, pero con una emoción enorme dado a que el programa se encontraba en mi ciudad, por lo que, sin la necesidad de viajar a la capital del país, podía encontrar un espacio que validará mi pensar videojueguil. 

Fue ahí que conocí GamerTag, llevándome directamente a la matriz, Epic Network y a toda la barra juvenil, llena de temas que me interesaban, sobre todo el videojuego, claro. Como todo gamer con el suficiente ego como para creer que su opinión tiene que ser escuchada, de inmediato empecé a etiquetar al programa con las muletillas de siempre, con comentarios negativos para ser yo quien trajera luz al proyecto. Evidentemente al ver más de un programa fue cuando me di cuenta que la realización era más compleja de lo que mi ególatra primera impresión me permitió ver. Fue ahí que no tuve de otra más que tocar las puertas para que se me abriera, pero no sin antes haber visto todos los programas que producían, redes sociales, página, todo lo que me dijera quiénes eran y con quién hablar. Evidentemente con interés pleno en el área editorial, o en todo lo que fuera contenido internetero. 

Para mi gran fortuna las entrevistas se dieron, la vacante se abrió, parecía que todo el camino se abría para que yo entrase sin problema, y así fue, pero al poco tiempo de entrar entendí que hablar de videojuegos ya no sería igual para mí, ahora ya no estaba jugando, literalmente, incluso. En Epic Network así como en otros medios, se invierte mucho tiempo en redacción, además de agregarle la producción televisiva, que exige un tiempo de planeación, producción y postproducción muy exigente, un equipo de gente, además de los trabajos editoriales como medio informativo y los contenidos extras que se necesitan para mantener el ruido en internet, todo esto manteniéndose informado y claro, jugando videojuegos. Las cosas se ponían series ahora. 

En Epic Network así como en otros medios… se escribe más de los que se juega, se edita más de lo que se juega, incluso se debate más de lo que se juega, pero para poder hacer eso necesitas gente que tenga suficientes horas de juego acumuladas para poder sacar todas la vivencias con el control en mano en sus opiniones, textos y demás anécdotas. Y estando en Epic Network me di cuenta que cada persona que conformaba el equipo tenía esas horas acumuladas y estaban igual o más apasionadas que yo por el medio. Las etiquetadas egolatras se fueron y me entregue por completo a esta noble y nerda labor.

Cuando esto pasó Epic Network era un proyecto de poco más de un año de edad, después de todos estos años cumplidos me faltaría tiempo para hablarles de todos los grandes momentos que han formado al equipo. Las cosas han cambiado y mutado poderosamente. Los proyectos y las ambiciones han aumentado, las voces han ido y venido y las formas han cambiado, pero lo que sigue vivo en Epic son las gana de hablar de los temas que a ti y a mí nos gustan mientras nos divertimos en el proceso, y eso se hace con compromiso y esfuerzo, jugando videojuego y tomándose las cosas en serio, detalle que ha ayudado a mantener al proyecto a flote por todos estos años. 

Que te paguen por hablar de videojuegos es una oportunidad maravillosa, pero sin duda algo aún mejor es que te paguen por hablar de videojuegos mientras uno aprende, se forma y afina su perspectiva como periodista, crítico, analista, o como quieran verlo, del medio de los videojuegos y afines al entretenimiento. No solo pude cumplir grandes anhelos como cubrir un E3, o poder conocer en persona a luminarias detrás del desarrollo de los videojuegos, sino que he vivido experiencia con los compañeros, viajes y demás situaciones que me han dejado marcado y que al final me forman como persona. He tenido la maravillosa oportunidad de crecer en todos estos aspectos en Epic Network y ahora que cumple 6 años, solo nos deja claro que la pasión por los temas se tiene y el camino seguramente seguirá largo y tendido siempre y cuando se siga hablando apasionadamente sobre el mundo de los videojuegos sin estar jugando. 

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