El debate sobre el impacto real de Game Pass vuelve a encenderse tras las recientes declaraciones de Raphaël Colantonio, fundador de Arkane Studios y co-director de Dishonored, quien aseguró que el modelo de suscripción de Microsoft está siendo “cada vez más dañino para la industria”. Estas palabras llegan justo después de los recortes masivos que afectaron a varios estudios de Xbox, generando más dudas sobre la sostenibilidad de esta estrategia.
Colantonio señaló en sus redes sociales que Game Pass es un modelo que “no puede coexistir con otros” y que terminará “matando” alternativas o simplemente desaparecerá cuando la realidad económica golpee a Microsoft, que hasta ahora lo ha respaldado con su enorme capital. El creativo afirmó estar “harto de las mentiras” sobre cómo supuestamente Game Pass no afecta las ventas premium de los videojuegos.
Mientras tanto, Microsoft defendió sus decisiones explicando que los despidos buscan “incrementar la agilidad y efectividad” de la compañía, según declaró Phil Spencer. Sin embargo, la estrategia de mantener estrenos día uno en Game Pass, a pesar de los despidos y cierres de estudios, sigue generando controversia entre desarrolladores que temen por la viabilidad a largo plazo.
No todos ven la situación de forma negativa. Jason Kingsley, CEO de Rebellion, afirmó que lanzar Atomfall en Game Pass fue “un gran éxito” y que trabajar con Microsoft ha sido beneficioso para su estudio. Aun así, la pregunta se mantiene: ¿puede Game Pass seguir siendo rentable y justo para toda la industria, o acabará generando más problemas de los que resuelve?
