La esperada adaptación cinematográfica de Death Stranding, producida por A24 y con la participación de Hideo Kojima como guionista, ya presenta dificultades importantes pese a estar apenas en preproducción. El director Michael Sarnoski tiene la complicada tarea de condensar casi 70 horas de historia entre el primer juego y su secuela, lo que plantea dudas sobre si el filme podrá abarcar tanto contenido sin sacrificar la esencia narrativa.
Uno de los principales obstáculos es decidir si la película adaptará ambos juegos o se dividirá en varias entregas. La profundidad y duración de la obra hacen difícil reducirla a una sola cinta de dos o tres horas sin perder gran parte de la experiencia que convirtió a la saga en un fenómeno narrativo.

El segundo gran problema es el reparto. Los juegos cuentan con actores de renombre como Norman Reedus, Léa Seydoux, Mads Mikkelsen y Margaret Qualley, cuyos rostros están íntimamente ligados a los personajes. Reutilizar al mismo elenco podría sentirse repetitivo, mientras que un recast podría generar rechazo entre los fans.
Con estos retos sobre la mesa, la adaptación de Death Stranding se enfrenta a un camino incierto. La decisión sobre si mantener al elenco original, recastear o incluso optar por un enfoque animado marcará el futuro de una de las adaptaciones más ambiciosas de los últimos años.
