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RESEÑA – Werewolf: The Apocalypse – Earthblood

Si queremos encontrar el curioso caso de un juego AA, es decir, un juego con un presupuesto mayor que el de un indie gracias a una productora que distribuye y dota de presupuesto, un ejemplo podría ser Werewolf: The Apocalypse – Earthblood, un título curioso porque si bien no parece independiente, tampoco cumple para ser un título AAA, sin embargo por el afán de pretenderlo lo termina por convertir en un título con grandes intenciones pero una ejecución que quizá se queda corta. 

Cyanide, el estudio francés responsable que hace no mucho nos entregó el poco efectivo Call of Cthulhu de 2018, ahora nos trae esta propuesta basada en una legendaria serie de juegos de rol de mesa. La franquicia de este medio, World of Darkness, dota del lore a este mundo. Esto evidentemente hace que las ideas detrás del juego suenan atractivas, la cosa es la ejecución… la cosa es la ejecución.  

Nosotros seremos Cahal, un poderoso Garou, forma en la que esta mitología llama a los hombres lobo, que eligió exiliarse tras perder el control de su rabia destructiva. Puede transformarse en un lobo propiamente o en un Crinos, una enorme bestia feroz con un poder de destrucción considerable. En la búsqueda de la redención deberemos dominar los poderes de estas tres formas, como humano, lobo y Crinos, para castigar a quienes deshonran a Gaia, la Madre Tierra y quien nos dará el perdón que necesitamos. Sin embargo, el peor enemigo de nuestro protagonista es él mismo, si no contiene su rabia se terminará autodestruyendo.  

Como ven, si el juego parece manejar complejos conceptos de tribus licantropas y una religión con inspiraciones sintoístas es porque el juego se basa en una mitología bien aceitada con los años, sin embargo, a la hora de llevar esto al videojuego, la cosa termina poco efectiva. 

El juego no es más que una serie de habitaciones conectadas que conectan a nuestro protagonista con los vaivenes de esta megacorporación con sus aproximaciones a su mundo más natural, pero  entre media llevaremos un protocolo de acción bastante simple y desgraciadamente monótono. Ir a un lugar, infiltrarse, acceder a una computadora, recuperar algún objeto y enfrentar a enemigos. Todo esto para cambiarlo por otros objetos o la variante de rescatar a alguien. En sí, lo que más prioridad tiene el juego es en sus momentos de pelea y decimos esto a expensas de que el juego pretende profundizar en el sigilo de igual forma. 

Durante la infiltración, que tampoco es que sea muy compleja, deberemos acceder con nuestro protagonista, alternando entre la forma humana o la del lobo para poder acabar con los guardias de una forma silenciosa, no obstante, si algún guardia nos detecta por error, o porque nos vio usando la ballesta, terminaremos activando el modo Crinos, que es básicamente las partes más divertidas que tiene Werewolf. La enorme criatura llena de rabia y música metalera de fondo, tiene dos modalidades, Crinos en dos y cuatro patas, variando fuerza por velocidad, aunque tampoco es que esto varíe mucho, solo sabemos que en este modo tenemos el sartén por el mango y la cosa deja de ser tan exigente para volverse fácil y hasta repetitiva. 

Esto provoca que siempre queramos resolver todo de esta forma dejando a un lado la infiltración del juego. Esto, evidentemente nos dice que la cosa no estuvo muy bien planeada, por lo que se reciente en el mundo y sus limitadas posibilidades. Ah!, porque a eso habría que agregarle el apartado gráfico, que si bien no es completamente un error, quizá para un juego de pasada generación esto no sería desastroso, pero las exigencias de un consumidor de PS5 hacen que el juego se sienta poco cuidado y un tanto barato en temas estéticos. 

De nuevo, es un juego divertido en su modo Crinos, ahí el juego nos enseña las posibilidades de creaturas creadas para una fantasía moderna, por lo que las ideas del juego y su mundo se quedan pendientes por explorar ya que se queda corto en presumir toda esta mitología. Así que el juego solo queda condicionado para los fans de todo el entramado World of Darkness y los juegos de acción, de lo contrario quizá sea mejor esperar a que baje de precio, en temas meramente videojueguiles no te estás perdiendo de mucho.  

Werewolf: The Apocalypse – Earthblood presume de grandes ideas pero una pálida y poco efectiva ejecución.

Cyanide es un estudio que busca abrirse campo con juegos profundos y propuestas divertidas, a ese ultimo adjetivo se podría conseguir con este juego, sin embargo al tiempo de jugar notamos que es una propuesta repetitiva y con poco variedad, una que para un PS5 se siente barata, por lo que aún no es el memento del estudio para brillar, abra que seguir intentando.

6.6
Historia:
7.5
Gráficos:
6.5
Jugabilidad:
6
Ambientación:
6.5

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