Reseñas

RESEÑA – FAST & FURIOUS CROSSROADS

Es extraño, que les haya tomado tanto tiempo llegar al mundo de los videojuegos, pero finalmente lo hicieron con Fast & Furious Crossroads.

No es ninguna exageración decir que Fast and Furious es una de las propiedades más importantes de la industria del cine. Con 9 películas en su saga y una más en camino, la saga de Dominic Toretto se las ha ingeniado para mantenerse relevante a lo largo de casi dos décadas, un logro que no muchas otras franquicias pueden presumir. Es extraño, entonces, que les haya tomado tanto tiempo llegar al mundo de los videojuegos, pero finalmente lo hicieron con Fast & Furious Crossroads, título que no sólo cuenta con la participación estelar de Vin Diesel y Michelle Rodriguez, sino que también fue desarrollado por el mismo equipo responsable de Project Cars. En papel, suena que este debería de ser uno de los mejores juegos de autos en la historia del medio, pero cómo hemos aprendido a la mala durante los últimos años, no todo lo que brilla es necesariamente oro. 

Hubiera sido muy fácil ubicar a Fast & Furious Crossroads en un universo paralelo al de las películas y con un nuevo protagonista al volante, así se tendría total libertad narrativa para crear caos automovilístico sin tener que adherirse estrictamente al canon establecido. Sin embargo, en lugar de ello, se decidió que Crossroads tomaría lugar en la misma línea de tiempo que sus contrapartes de la gran pantalla, y que además tendría al centro de su historia a Dominic Toretto, Letty y Roman, resultando en una aventura que tiene el mismo espíritu que el resto de los filmes; para bien y para mal. 

Aquí nos toca enfrentarnos a un sindicato criminal, y la mejor forma de ponerle un alto a sus nefarios planes es a través de persecuciones de alta velocidad, atracos con autos especialmente diseñados y explosiones que probablemente hacen que Michael Bay sienta un movimiento extraño en su área pélvica. En lo que a piezas se refiere, Crossroads tiene todas las necesarias para contar una buena historia del universo de  Fast & Furious, pero fracasa en armarlas de una manera eficiente. El problema no es la premisa, y hasta estamos dispuestos a perdonar la actuación de voz con pocos ánimos de Vin Diesel en algunas secciones; el gran dilema de Crossroads es que carece de ese encanto cinemático de las películas, pues las secuencias de acción no se sienten igual de emocionantes cuando las estamos viendo desde un apartado de tercera persona. Sin el trabajo dinámico de cámara, cortes a las reacciones de los personajes y slow motion dramático, incluso las partes en las que tenemos un auto que dispara cohetes se sienten…aburridas. 

Por otro lado, incluso si tuviéramos de alguna forma ese dinamismo, los gráficos quizá no le harían mucha justicia. Crossroads no es precisamente un juego feo, pero nadie va a pararse a decir sin duda alguna en su mente que se trata de un deleite visual. Debemos de admitir que a lo que juegos de licencia respecta, Crossroads se encuentra entre los de mejor apartado gráfico, pero eso es a duras penas un cumplido. Su deplorable calidad gráfica se vuelve más triste cuando vemos que las mentes creativas de Project Cars realmente pudieron haber hecho algo mucho mejor. Uno esperaría que se redimieran en lo que a jugabilidad se refiere, pero en este campo la experiencia de Crossroads también se siente hueca. Este nunca se vendió como un juego de conducción táctica, pero en ocasiones los controles tienen una respuesta bastante pobre y no logran comunicar el sentimiento de velocidad que uno esperaría. Quizá se podría argumentar que lo que se está buscando es una experiencia más tipo arcade similar a Need For Speed Payback, The Crew o hasta Burnout, pero incluso comparando a Crossroads con estos otros títulos que se toman el realismo con menos seriedad encontramos que este juego se sigue sintiendo rudimentario en un sentido técnico.

Parte del encanto de Fast & Furious como franquicia es la fantasía de que un auto, en las manos correctas y con suficiente desprecio hacia las leyes de la física, puede hacer cualquier cosa que tu imaginación desee. Crossroads, se suponía, iba a capturar ese sentimiento y traducirlo a un videojuego, pero quizá era un encargo demasiado grande. Hay una versión de Crossroads que probablemente podría competir con lo mejor de lo mejor del género, y pequeños destellos de luz en su trama y emociones al ver las explosiones que ocasionamos con nuestro auto son la prueba viviente de esto. No obstante, no vemos como un fanático de los autos, o incluso un fanático de Fast & Furious, dejaría todo lo que está haciendo para darle una oportunidad a este frenético y ardiente desastre.

No vemos como un fanático de los autos, o incluso un fanático de Fast & Furious daría una oportunidad a este desastre

Parte del encanto de Fast & Furious como franquicia es la fantasía de que un auto, en las manos correctas y con suficiente desprecio hacia las leyes de la física, puede hacer cualquier cosa que tu imaginación desee. Crossroads, se suponía, iba a capturar ese sentimiento y traducirlo a un videojuego, pero quizá era un encargo demasiado grande. Hay una versión de Crossroads que probablemente podría competir con lo mejor de lo mejor del género, y pequeños destellos de luz en su trama y emociones al ver las explosiones que ocasionamos con nuestro auto son la prueba viviente de esto. No obstante, no vemos como un fanático de los autos, o incluso un fanático de Fast & Furious, dejaría todo lo que está haciendo para darle una oportunidad a este frenético y ardiente desastre.

4
Gráficos:
5
Historia:
3
Jugabilidad :
3
Música:
5

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