La edición 2025 de Day of the Devs volvió a demostrar por qué es uno de los espacios más importantes para los videojuegos independientes, con una presentación de casi dos horas que reunió 21 juegos repletos de creatividad, experimentación y propuestas arriesgadas, justo antes de The Game Awards 2025. Este evento, que nació en 2012 y ahora opera como organización sin fines de lucro, se ha convertido en la vitrina perfecta para los estudios que buscan romper con las fórmulas tradicionales de la industria.
Entre los títulos más llamativos estuvo Astromine, un juego de supervivencia cooperativa ambientado en un sistema solar completamente destruible, donde todo está construido con vóxeles y físicas reales. La idea de excavar planetas enteros, colapsar estructuras y combatir facciones robóticas posiciona a este proyecto como uno de los más ambiciosos de todo el show. También destacó Awaysis, un dungeon brawler centrado en físicas y movimiento, con un estilo caótico que combina combate frenético con una banda sonora a cargo de un legendario compositor japonés.
Otros proyectos apostaron por conceptos más creativos y personales. Beastro sorprendió con su enfoque “cozy” para construir un restaurante de pueblo desde cero, mientras que Big Hops ofreció una aventura de plataformas protagonizada por una rana que viaja por desiertos, océanos y montañas en busca de piezas para regresar a casa. CorgiSpace, por su parte, reunió una colección de microjuegos experimentales que celebran el diseño rápido, divertido y accesible para todo tipo de jugadores.
La variedad de géneros fue uno de los puntos más fuertes del evento. Juegos como Demon Tides incorporan elementos sociales como los fantasmas de speedruns y mensajes compartidos entre jugadores. Dogpile apostó por un roguelike de cartas basado en la fusión de perros, mientras que The Dungeon Experience mezcló comedia y aventura en primera persona con una premisa absurda pero llamativa. También hubo espacio para experiencias más introspectivas como Find Your Words, un título corto y emocional sobre la amistad y la identidad.

En el terreno multijugador, Frog Sqwad destacó con su propuesta cooperativa para hasta ocho jugadores, basada en físicas caóticas y misiones impredecibles en alcantarillas llenas de peligros. En contraste, Into the Fire presentó una experiencia de supervivencia centrada en desastres naturales, con volcanes en erupción y mecánicas de rescate. Para los amantes del terror, Lucid Falls mostró un mundo de pesadilla con cambios de gravedad y escenarios surrealistas.
La ambición artística también tuvo un papel central. Mirria propuso un juego de puzzles atmosférico basado en mundos espejados, mientras que Moomintroll: Winter’s Warmth apostó por una aventura cálida e inspirada en historias clásicas. Rockbeasts llevó la gestión estratégica al mundo de las bandas de rock, mezclando narrativa y decisiones al estilo RPG. Por otro lado, Scramble Knights Royale unió conceptos de battle royale con exploración de mazmorras clásicas.

La innovación continuó con Soundgrass, que transforma el sonido en una mecánica jugable central, obligando a los jugadores a interactuar con plantas sensibles al audio y la luz. Stretchmancer aportó humor y mecánicas basadas en estirar y comprimir el entorno, mientras que Un:Me exploró los miedos humanos a través de un laberinto mental. Finalmente, Unshine Arcade y Virtue and a Sledgehammer cerraron la presentación con propuestas más oscuras, enfocadas en el terror psicológico y la reflexión emocional.
