El gobierno de Claudia Sheinbaum y la Secretaría de Hacienda incluyeron en el Paquete Económico 2026 un nuevo impuesto a los videojuegos violentos, argumentando que representan un riesgo para la salud física y mental de los jóvenes. La medida forma parte de los llamados Impuestos Saludables, que también gravan refrescos, tabaco y apuestas.
La propuesta establece un impuesto del 8% sobre videojuegos considerados violentos, afectando tanto versiones físicas como digitales. Además, podría impactar en servicios de suscripción como Xbox Game Pass y PlayStation Plus, elevando el costo de juegos como GTA VI o las próximas entregas de Call of Duty. Las ganancias serían destinadas a un fondo de salud pública, con una estimación de recaudación de $183 millones de pesos.

El gobierno respalda la medida citando estudios que señalan posibles efectos negativos de los videojuegos violentos, como agresión, aislamiento y ansiedad. Sin embargo, críticos han cuestionado la relación directa entre violencia y videojuegos, además de la falta de claridad sobre cómo se determinarán los títulos sujetos al impuesto.
La iniciativa aún requiere aprobación del Congreso de la Unión, por lo que podría modificarse antes de entrar en vigor. La medida ya ha generado polémica entre jugadores, desarrolladores y expertos en educación y salud, anticipando un intenso debate sobre su implementación.
