La presidenta de Xbox, Sarah Bond, defendió el elevado precio de las nuevas consolas portátiles ROG Xbox Ally y ROG Xbox Ally X, desarrolladas junto a Asus, destacando que la prioridad fue ofrecer una auténtica experiencia Windows optimizada para el juego portátil. A pesar de costar entre 599 y 999 dólares, la respuesta del público ha sido positiva, con unidades agotadas en la tienda oficial de Xbox y gran demanda global desde su lanzamiento.
Bond explicó que el diseño del dispositivo se centró en la ergonomía y comodidad, tomando como referencia la experiencia de Xbox en la creación de mandos. Además, se trabajó estrechamente con el equipo de Windows para adaptar el sistema operativo al formato portátil, optimizando la interfaz para control por mando y pantalla táctil, eliminando la necesidad de teclado.
Aunque la colaboración con Asus generó dudas sobre si Xbox abandonaría la fabricación interna, Bond confirmó que la compañía ya trabaja en su nueva generación de consolas, sucesoras de las Series X y S, prevista para 2026. También adelantó que no descartan desarrollar hardware portátil propio en el futuro.
Con el lanzamiento de los modelos Ally, Xbox busca consolidar su presencia en el sector portátil sin renunciar a la innovación en consolas tradicionales. Bond aseguró que esta etapa representa “el inicio de una nueva era de ritmo acelerado e innovación constante para Xbox”.
