Un reciente estudio científico publicado en JMIR Serious Games ha demostrado que jugar a The Legend of Zelda: Breath of the Wild puede mejorar la felicidad, la satisfacción con la vida y la sensación de propósito personal. La investigación, realizada con estudiantes de posgrado, reveló que este título de mundo abierto ayuda a reducir la ansiedad y a fomentar sentimientos de calma y dominio personal.
El estudio también exploró la interacción entre videojuegos y cine, mostrando que combinar sesiones de juego con películas nostálgicas de Studio Ghibli, como Mi vecino Totoro o Kiki’s Delivery Service, potencia aún más los efectos positivos en el bienestar emocional.

Aunque los autores advierten que la investigación se centró únicamente en estudiantes de posgrado y no mide los efectos a largo plazo, los resultados refuerzan la creciente evidencia de que los videojuegos pueden tener beneficios psicológicos. Estudios previos ya habían señalado su utilidad en la salud mental, la construcción de comunidades y la reducción de ciertos trastornos cognitivos.
Este hallazgo surge en medio de debates sobre el impacto de los videojuegos y las propuestas de mayor regulación. Frente a las críticas históricas que los asocian con la violencia, esta investigación aporta un nuevo argumento a favor de su potencial como herramientas de bienestar.
