El exjefe de PlayStation en EE.UU., Shawn Layden, ha declarado que los precios de los videojuegos debieron aumentar con cada nueva generación para cubrir los crecientes costos de desarrollo. Según Layden, la industria ha mantenido tarifas prácticamente congeladas por más de 20 años, a pesar de la inflación y de presupuestos que hoy pueden superar los 200 millones de dólares.
Layden explicó que, durante la era de PS1, producir un juego costaba una fracción de lo que implica en la actualidad, lo que dejaba márgenes de beneficio mucho más amplios. Sin embargo, con el aumento de la inversión y el estancamiento del precio base, las compañías han recurrido a estrategias como microtransacciones, DLC y ediciones deluxe para compensar la diferencia, ofreciendo contenido adicional que prácticamente no genera costes extra.

El exdirectivo considera que esta situación ha alcanzado un punto crítico, donde solo unos pocos estudios pueden aspirar a vender los más de 25 millones de copias necesarios para recuperar la inversión. “Si no eres Rockstar, no puedes esperar esas cifras”, señaló.
Esta generación ha visto un tímido aumento del precio estándar hasta los 80 dólares, con títulos como Mario Kart World para Switch 2. Sin embargo, no todas las compañías han logrado sostenerlo: Xbox intentó fijar The Outer Worlds 2 en ese rango, pero debió retroceder a 70 dólares por “condiciones actuales del mercado”.
