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RESEÑA: TITANE – La película más reciente de una de las mejores exponentes de la nueva carne

En 1975, “Shivers”, el tercer largometraje del director David Cronenberg, inaugura el movimiento de la “nueva carne”, una rama del “body horror” en donde las líneas entre lo mecánico y lo orgánico se borran por completo y se mezclan con la psicología humana para representar algunos de los mayores temores del ser humano. Este subgénero del terror ha sido explorado por diferentes autores y creadores a lo largo del mundo, desde el mismo Cronenberg en sus posteriores proyectos hasta los japoneses Katsuhiro Otomo y Shinya Tsukamoto en las cintas de culto y ciencia ficción “Akira” y “Tetsuo: The iron man”, respectivamente.

Sin embargo, si hay alguien que ha sabido explorar el “body horror” y el terror de “la nueva carne” con temas contemporáneos y cargados de sentimentalismo, pero sin contenerse para mostrar cintas llenas de escenas incómodas y explorando los lados más oscuros tanto de la mente humana como de la feminidad y los roles de género en general, esa es la francesa Julia Ducournau, que ha mostrado su talento con la excelente “Voraz” y con la película del día de hoy.

“Titane” es una cinta de terror y drama del año 2021, escrita y dirigida por Julia Ducournau y protagonizada por Agathe Rousselle y Vincent Lindon. Si bien tuvo un corto período de proyecciones en salas de cine mexicanas, actualmente se encuentra disponible en la plataforma de cine Mubi.

Por razones adversas, nuestra protagonista, Alexa, tendrá que transformar su apariencia hasta simular ser un adulto “Adrien”, que es el nombre de un niño desaparecido mucho tiempo atrás. El padre de Adrien está feliz de reencontrarse con “su hijo”, aunque supone que las cosas no son tan sencillas como aparentan. Por su parte, Alexa deberá aprender a llevar su nueva identidad mientras lidia con sus propios problemas internos.

De entrada, debo decirlo: la película no es para todo el mundo. Si eres una persona sensible ante las transformaciones o torturas físicas extremas, Titane ofrece mucho de este contenido durante sus apenas 1 hora y cuarenta minutos de duración. Pero, a diferencia de otras películas bajo la etiqueta del “exploitation”, Ducournau ofrece una visión casi poética detrás de estas escenas, buscando darles una justificación por medio de un guión armado a la perfección.

Todos los personajes en esta película tienen algo que decirnos por medio de sus actitudes y su lenguaje tanto oral como corporal. Pero, aún con un trasfondo interesante, Julia no tiene miedo de deshacerse de los personajes que ella misma construye o que se nos presentan como partes fundamentales de la trama, en pos de que esta misma avance con un ritmo frenético y abrumador para los sentidos.

Esto último se aplica sobre todo al segundo y tercer acto de la cinta, que son tan diferentes tanto entre ellos como del primer acto, que te hace entrar en la película viéndola como un slasher más hasta que pega un giro que la lleva a convertirse en algo más profundo, que toca temas como la paternidad, la maternidad, la represión sexual, las drogas, las enfermedades mentales y, sobre todo, los roles de género.

No por nada, en esta película cada personaje que no se adapta a la perfección  a lo que la sociedad espera de él, terminará con un destino fatal, y nuestra protagonista deberá pelear contra sus propios prejuicios para poder auxiliar a una persona que está enredada en los mismos problemas psicológicos que acechan a la ya mencionada Alexia. Porque “Titane” es una película de terror, pero no busca un susto barato, sino que quiere que analices tanto tu propia mente como tus deseos para contemplar la posibilidad de que haya algo mal contigo mismo. No busca asustarte, busca incomodarte mediante la introspección. Y lo consigue con creces.

Nuestros 2 protagonistas no solamente funcionan por el guión, sino por un par de actuaciones excepcionales que no dejan nada a desear mientras la cámara nos muestra, con planos sencillos y limpios, la imperfección de los seres humanos. Y, sobre todo, la imperfección de las figuras maternas y paternas, mostrando sus defectos y sus temores al convivir con una persona que, aunque es producto biológico de sus propias acciones, es tan desconocida como el más profundo océano.

A todo esto lo acompaña una banda sonora llena de canciones contemporáneas francesas, que reflejan las acciones de los personajes y sus sentimientos en los momentos clave, sin contar con el excelente timming a la hora de acompañar escenas que, como ya he mencionado antes, son potentes tanto en lo visual como en lo que buscan contar.

Espero que haya quedado claro que “Titane” me encantó. Es una película de terror redonda e intimidante, pero no por los motivos que podemos pensar. Los protagonistas, con sus asombrosas actuaciones, nos brindan momentos de reflexión e incomodidad a partes iguales, sin abandonar nunca sus figuras dañadas por la vida y por sus propias acciones. Vean esta película, que sin duda se ha convertido, a mi parecer, de lo mejor que se ha hecho de terror en años recientes.

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